Pon en el vaso la harina, los huevos, la sal y el aceite y amasa durante 2 minutos en velocidad espiga, sin temperatura. Si la masa queda pegajosa, añade un poco más de harina. Si, por el contrario, queda muy dura, puedes añadir una o dos cucharadas de agua.
Cuando obtengas una masa más o menos lisa, forma una bola y envuélvela en papel film. Déjala reposar así durante 1 hora.
Una vez pasado ese tiempo, es momento de estirar la masa. Para ello, retira el papel film y divide la bola en dos partes.
Si quieres estirar la pasta fresca a mano, necesitarás una superficie de trabajo limpia y seca que tendrás que espolvorear con harina. Coge una de las mitades de masa y extiéndela con un rodillo hasta obtener una lámina muy finita. Te aconsejamos que sigas las indicaciones del artículo Cómo hacer pasta fresca casera.
Si dispones de una máquina para pasta, tendrás que espolvorear con harina la masa y los rodillos de la máquina. A continuación, pasa una de las mitades por los rodillos varias veces hasta que quede muy fina.
Para dar forma a la pasta, enrolla la lámina que obtendrás en cualquiera de los dos casos y córtala transversalmente con un cuchillo afilado, según el ancho que quieras que tengan tus tagliatelle.